GINTONIC (o como volverse un alcohólico por cualquier motivo)


Un gintonic…con limón? si, con limón….el bar estaba oscuro, demasiado oscuro para esa hora…la camarera, con la mirada perdida en el suelo, llenaba perezosamente el vaso de hielo, tan distinta de otra camarera, otra, tan distinta, haciendo lo mismo……

al fondo de la barra, un hombre de mediana edad, con una gabardina en la que se notaba demasiado evidente el paso del tiempo, removía el fondo de un vaso de café, quien sabe cuanto tiempo llevaría allí…….además de la barra, había 3 mesitas situadas al lado de las ventanas, ventanas por las que no entraba ni luz ni aire porque alguien se había encargado de cerrarlas bien y taparlas con unas inmensas cortinas de terciopelo verde,… en una de ellas una pareja de jóvenes se susurraban y metían mano descaradamente, ajenos a nosotros, personajes del mismo bar, testigos en la misma oscuridad, tan libres , tan ingenuos, tan jóvenes.…la camarera me puso el vaso sin mirarme y se volvió a sentar en su rincón a seguir contemplando el suelo, un suelo de gres oscuro con dudosas manchas acá y allá, un suelo en el que probablemente habían caído demasiadas copas, demasiadas lagrimas, demasiados borrachos….

Me gusta el gintonic…y me gusta mas a estas horas, horas inusuales incluso para los borrachos, horas en las que casi nadie se abandona a este placer amargo y ácido que te sabe comprender tanto….no se que hago aquí, pero tampoco sabría a donde ir...ni que hacer...hace días que me encuentro perdido y me parece que aquí es un buen lugar para abandonarme y que esto no me preocupe…perdido…ni triste, ni solo, ni agobiado…solo perdido…sin saber donde ir ni que hacer ni porque…es por culpa de mi cabeza, de mi imaginación desproporcionada en la que me creo paraísos indescriptibles de los que después es difícil olvidarse, de los que ya no se puede volver, retornar, regresar…porque para volver a un sitio hay que acordarse de donde venias y yo ya no recuerdo nada, nada…

desde que la vi no he podido, ni he querido, pensar en otra cosa…estaba absorta en su trabajo, moviéndose con gracia detrás de la barra, atendiendo a unos y otros con la misma sonrisa, esa sonrisa que no era exclusiva para mi, pero que me dio igual compartirla con el resto de los clientes porque era, sencillamente, perfecta, entre sus labios, jóvenes, finos (inexpertos?), una fila de dientes blancos pequeñísimos se asomaban curiosos,…yo reía con mis amigos mientras apurábamos mas y mas cerveza, hasta que la vi., la vi, vi sus labios, su nariz pequeñita, sus ojos verdes, verdes…todo se paró, todo, y no hubo cerveza ni amigos ni nada…solo unos ojos, unos ojos y una boca perfecta, unos ojos que no puedo dejar de buscar…ella me sonrió, haciendo un gesto incomprensible con sus hombros y yo sentí que tenia que hacer algo, decir algo, tocarla, algo…me acerque, sonreí, pedí un gintonic,…ella, sin dejar de sonreír empezó a dejar caer los hielos en vaso grande, pude ver sus manos diminutas y finas defendiéndose ligerísimas entre tanta multitud, la precisión de sus movimientos, los mechones rubios resbalándole por la nuca..Estaba hipnotizado, nunca creí que un gesto tan simple podía ser tan extremadamente bello…quería tocar esa nuca, besar esas manos, perderme en el verde de sus ojos…quería que ese instante durara siglos, que no se moviera y siguiera ahí siempre, llenando de hielo el vaso, medio vuelta hacia mi, con esa nariz tímida y esa medio sonrisa siempre colgando de sus labios…cuando la tuve enfrente no supe que decir, no quería estropear ese momento y, a la vez, no podía dejar que pasara…pague y volví con mis amigos, pero ya nada volvió a ser lo mismo, no hubo conversación ni canción ni chiste que la alejara de mi, seguí mirándola, allí, desde la multitud, y me pareció que ella se sonrojaba…le sonreí, me sonrió, me sonrió, volvió a mover los hombros, esos hombros perfectos, pequeños, entre los que yo ansiaba arroparme…me acerqué y le deje mi numero anotado en una servilleta..Sin decir nada, casi sin mirarla,..No se me ocurrió otra cosa, no le podía hablar, no sabia que decir...le di mi numero y esperé…esperé dos largos días, casi sin comer, casi sin dormir, solo pensando si me llamaría, como seria su voz, su olor, imaginando miles de citas posibles, esperándola sin descanso, sin cansancio…cuando por fin lo hizo casi no podía creerlo, nos veríamos esa noche, esa misma noche, dentro de varias horas…mi estomago se volvió una aceituna y mis pies tropezaban el uno con el otro constantemente…..

Se siguieron una serie de encuentros, naturales, furtivos, maravillosos…encuentros en los que se nos amontonaban las palabras y las caricias, momentos en los que se hacia mas y mas bella a mis ojos… me perdí, por fin, en los mechones de su nuca, bese cada rincón de su blanca piel, cada rincón, me mire y remire en el mar de sus ojos…me llene de su olor y la llene del mío…entre encuentros la deseaba, cuando la encontraba la devoraba...me contagié de su risa, de sus ganas de vivir, de su sonrisa constante…pasaron días, quizás meses, sin que me importara nada mas que ella…¿Cuánto hace que nos vimos por ultima vez?¿cuando me volverá a llamar?...y llegaba, siempre llegaba, su llamada, en los momentos mas inesperados, tan esperados para mi…

Me habló de su novio, que estaba lejos…solo en esos instantes, cuando hablaba de el, casi sin detenerse a respirar, casi de pasada, sentía yo que sus ojos se apagaban, que su sonrisa se transformaba en una mueca triste y ganaba años en segundos…en esos momentos cerraba mis ojos con fuerza, no la quería ver, solo anhelaba volverme a perder en su nuca, volver a escuchar su risa…Eran momentos tristes que trataba de olvidar deprisa, de transformar en caricias y besos, momentos en los que la urgencia de amarla me quemaba y no le dejaba terminar sus frases….Momentos en que nuestros cuerpos se volvían a fundir con mas ansia (si cabe) y el cerebro se convertía en piel, y solo podíamos sentir, sentir y dejar de pensar…

Un día dejó de llamar…yo seguí esperando, seguí soñando con las noches pasadas, seguí planeando nuevos ratos de amor…no la llamé, no la busqué…sabia que tenia que ser ella la que me buscara a mi, que ese era su deseo y yo no podría jamás traicionarla…pero esperaba su llamada, cada segundo, miraba millones de veces la hora, el teléfono, el móvil, miraba para asegurarme que seguía allí, que no se había parado el tiempo, que los teléfonos funcionaban, que, simplemente, ella dejó de llamar, dejó de llamar….

Hasta que el tiempo (que no perdona) fue mas fuerte que los recuerdos,…ya no se si ha pasado un mes o mas...cuando la conoci… ¿era verano?..Creo que si, ella llevaba una blusa verde que hacia juego con sus ojos…

Ahora ya no se que quiero…ni siquiera se en que pensaba, en que ocupaba mis pensamientos cuando ella no estaba, cuando no la conocía….Creo que antes de ella era feliz, eso creo, y con ella simplemente ERA, era como nunca antes había sido, me sentía mas vivo, mas todo….Ahora no se…..No se quien soy ni adonde voy…busco sus ojos en todas, pero ya no recuerdo bien si eran verde mar o verde albahaca (verdes como la albahaca y al verde, verde limón), confundo su voz con las de otras, pero nunca es la suya…(Pa mi ya no hay soles luceros ni lunas, no hay mas que unos ojos que mi gloria son..)

Desde entonces ando como un loco pidiendo gintonics por cada rincón, buscando unas manos que sepan servir el hielo con la gracia con que ella lo hacia…Buscando sus ojos por bares y océanos

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