Culpabilísima
Acusada
de espantar al más pintado...
condenada
a vivir encadenada,
recatada
y comedida,
condenada,
a pensar con el ombligo
y escribir con el meñique,
sonreír a desconocidos,
mandar mis versos a pique...
condenada,
a morir sin la poesía
al "no te vayas todavía"
a la ducha de agua fría
a conjugar mi alegría...
liberada,
al saltar desde aquel puente
al ahogarme en esa fuente
al quemarme en carne viva...
liberada
y
que
viva
la
poesía
...
Pero guapísimaaa, que esto podía haberlo escrito yooooooooooooooooo¡¡¡
ResponderEliminarPero bueno...la verdad, sole, que nos parecemos un montón.
Y qué viva la poesía, mi niña.
jejej
ResponderEliminarsupongo que nosotras sentimos y ellos se espantan...pues que se espanten...seguiremos bailando mientras suene la música, y seune, y suene...