Recuerdos efímeros
Tratabas de sonreír, en una mueca indescifrable, pero tus grandes ojos tristes me hablaban de otras cosas...cansada, harta, aburrida,hastiada...te encogías de hombros, con esa media sonrisa, y me entraban unas ganas locas de estrecharte en mis brazos, de agarrarme a ese puñado de huesos que era tu cuerpo y no soltarme jamás...pero no hice nada, no hacía nada, no podía moverme...tus ojos pidiéndome el cielo y yo incapaz de tocarte, yo lejos, muy lejos de ti, incapaz de retenerte en esta vida, a la que ya no pertenecías, o quizás nunca perteneciste....
Hablabas y hablabas sin parar, tal vez para no ahogarte en el silencio, tal vez para que no me ahogara yo... mientras retorcías tu falda con esas manos heladas y diminutas...me contaste del patio con geranios que siempre soñaste, de tantas historias con principios felices y finales predecibles, de lo que nunca te atreviste a decir, de la maleta con sueños rotos que cada vez pesaba más y que habías dejado, finalmente, abandonada en una esquina de tu ciudad...hablabas y hablabas mientras tus ojos se iban haciendo cada vez mas profundos y tristes, mientras tu piel seguía desapareciendo detrás de tus huesos...
Y yo, yo...no pude hacer nada, quería abrazarte, acunarte, decirte que ya todo había pasado, pero no pude...de mis labios secos no salía palabra alguna y mis manos no te alcanzaban....
No te vi más, pero vives en mi, desde esa noche, pegada a mi sombra, recordándome lo injusta que es la vida, a veces y lo lejos y lo cerca que estuvimos de amarnos....
Así es...ni más ni menos.
ResponderEliminarA veces cruzas a alguien
que cruzaste ya,
y notas que ahora es imposible retenerlo,
en el punto cardinal de los sentimientos
que quedaron presos de un momento pasado,
más o menos fugaz
que ha sido parte del camino
y es parte de nosotros.
Un besito, Sole.